Proyecto de arte abstracto con niños y niñas como protagonistas

¿Te apetece crear un proyecto de arte abstracto espectacular y fácil con tus pegotetes en casa? Los proyectos de arte con niños y niñas son de las actividades más buscadas y usadas cuando queremos ser algo creativos y además tener a nuestros hijos e hijas entretenidos. Esta es una actividad poco original (podéis ver ejemplos por todo Internet) que hice con mis peques esta semana. Las dos partes interesadas acabamos contentas: ellos y yo.

Los niños y niñas deben ser los protagonistas

A la hora de realizar un proyecto de arte con niños y niñas, lo primero es decidir quién es el público: son ellos, no nosotros. En mi experiencia como maestra y educadora, siempre he sido bastante reacia al uso de ciertas manualidades con un público infantil.

Pensar en actividades como papiroflexia, uso de pegamento líquido, dibujar y cortar detalles, etc., al final nos obligan a las madres y maestras a realizar la actividad casi al completo, dejando al pobre estudiante que coloree un poquito, pero con cuidado, y quitándole rápido la pintura, no vaya a ser que lo estropeé.

Todos los años tengo que ver cómo algunas compañeras hacen unas manualidades increíbles para el Día de la Madre o San Valentín, mientras mis estudiantes salen con su trabajo lleno de pegotes de tempera y recortes irregulares. Eso sí, con unas caras felices llenas de orgullo por saber que hicieron el trabajo de forma independiente y decidieron todas las partes del proceso.

A los niños y niñas hay que involucrarles en las actividades si queremos que se motiven y sean conscientes de la importancia de su trabajo. No es lo mismo decirle: «Pon pegamento aquí», a decirle: «¿Cómo vas a colorear este trabajo?», o incluso «¿Qué herramientas vas a utilizar?», facilitándole no sólo colores, sino pegamento, tijeras, pegatinas, papeles, etc. No hay nada más triste que decirles a los estudiantes de 4 años «dibujo libre» y ver cómo la mayoría no saben qué hacer, ni por dónde empezar.

Edades del proyecto de arte

Esta actividad me gustó porque puedo hacerla con mi hijo de 1 e hija de 3 años. Ya expliqué cómo no es fácil enseñar a dos niños y niñas a la vez, por lo que esta actividad cumplía los requisitos.

Decidí realizar la actividad por la tarde, como parte de nuestro ocio. Como ya expliqué al hablar de nuestras rutinas de trabajo en casa, por la mañana solemos hacer actividades más relacionadas con letras, matemáticas o ciencias. Así además, podíamos participar toda la familia al ser después de la jornada de trabajo de mi marido.

La actividad acabó durando unos 60 minutos, contando con unos 20 de preparación y 20 minutos de limpieza al final. Puede parecer una locura preparar tanto para tenerles entretenidos sólo unos 20 minutos, pero cuando son niños y niñas tan pequeños, la capacidad de atención y motivación trabajando los dos a la vez, no suele ser muy amplia.

Materiales para el proyecto de arte

Recomiendo realizar la actividad sobre una superficie que sea fácil de limpiar la pintura después. En nuestro caso, realizamos la actividad sobre una moqueta, por lo que usamos una alfombra maravillosa de Amazon que nos ha salvado de más de una trastada, y después de más de un año está totalmente amortizada.

El resto de materiales fueron:

• Cinta adhesiva para papel. Yo usé cinta de carrocero y sufrí bastante para quitarla de la lámina sin llevármela por delante. Mejor washi tape de diferentes anchuras.
• Témperas mejor que acuarelas, así los niños no necesitan estar mojando en agua para cambiar de color. Siempre mejor témperas lavables, ya que acabaremos con pintura por todas partes. Usé 6 colores básicos diferentes.
• Lámina blanca o de un color claro para resaltar la pintura. Tamaño suficiente para que dos artistas puedan pintar sin estorbarse.
• Pinceles de diferentes tipos y tamaños: yo usé pinceles finos, espátulas, brochas gruesas, etc. Y ellos iban eligiendo con cuál pintar.
• Usaron unos delantales de ikea, que algo protegen, pero los peques son capaces de mancharse siempre, incluso detrás de las orejas, así que estáis avisados.

¡Manos a la obra!

Primero preparamos el proyecto y usamos la cinta de diferentes anchuras para delimitar las diferentes áreas a pintar. ¡Creatividad al poder! Podéis hacer más o menos líneas, usar uno o más grosores, no hay reglas. También hay que preparar las témperas, en este caso preparé dos paletas de colores para que no tuvieran que compartir materiales, y así se centrasen en el trabajo. También de esta forma cada uno podría decidir si quería mezclar las témperas entre sí o no.

Después, les expliqué la única norma: hay que pintar toda la lámina sin dejar ningún espacio en blanco. Les mostré las témperas de colores y diferentes pinceles, y empezaron a pintar.

A su padre y a mí sólo nos tocaba supervisar que Leo no se comiese la pintura y que no empezasen a pintar las paredes. Pero lo cierto, es que ambos estuvieron bastante tiempo concentrados. Al principio, no mezlcaron los colores, pero Leo pronto empezó a hacerlo. Kira, al ver esa posibilidad como válida, también hizo lo mismo y al final disfrutaron mucho los dos viendo cómo los colores se mezclaban y obtenían unos nuevos. De hecho, acabaron de pintar el cuadro y, al quedar aún pintura, Kira me pidió nuevas láminas para seguir pintando.

Los adultos aquí podemos enriquecer la actividad diciendo el nombre de los diferentes colores, o vocabulario nuevo como «fino», «grueso», «trazo», etc. También preguntando por qué han elegido ese color y no otro, por ejemplo.

Es maravilloso a veces detenerse y observar a los niños y niñas interactuar con el arte, ya sea la pintura o la música, sin ningún tipo de indicación o norma por parte del adulto. ¡Prueba a hacerlo en casa!

Resultado final del proyecto de arte

Aquí tenéis el resultado final, un proyecto de arte abstracto con colores mezclados entre sí y hecho por un niño de 1 y una niña de 3 años sin apenas interacción de los adultos. Sí, podríamos haber elegido colorear cada área de un color, o usar una paleta de colores más suaves para lograr más armonía… Pero ya entonces habría sido MI proyecto y no el SUYO.

Ahora cada vez que lo vemos en el salón, mi hijo e hija lo señalan porque saben que es SU obra. Y si a ellos poco les importa que los colores no «peguen» con los del sofá, a mí todavía menos. Qué me dices, ¿te atreves a hacerlo en casa?